34 metros y 2 toneladas y media de arbolín. Llanes tenía que ser.

Dicen que hace falta una tribu entera para educar a un niño. Pues en muchos pueblos del oriente asturiano, especialmente en Llanes, lo que hace falta por estas fechas son muchos brazos para plantar las múltiples jogueras que los siembran. Hacía años que teníamos ganas de ver cómo colocaban uno de estos troncos desnudos y altísimos que se alzan verticales en mitad de muchos pueblos, y que lucen engalanados con banderas, flores y hojas en sus extremos. Cuando pasas a su lado, ya plantados, te cuesta imaginar cómo se las tienen que ingeniar para localizar un árbol tan grande, para llevarlo hasta el lugar indicado y sobre todo, cómo hacen para levantarlo en vertical. Así que hace un par de semanas, justo días antes de San Juan, nos acercamos hasta Balmori para ver al menos la última parte del proceso, la del alzado del tronco. Y es que plantar una joguera lleva el día entero: por la mañana cortan el árbol, quitan hojas y ramas y lo trasladan -en este caso, al parecer, por la carretera que atraviesa el pueblo y que conduce a Llanes, sobre un carro del país tirado por una pareja de bueyes- y lo dejan ya listo para ser plantado. De tarde,  cuando llegamos, ya habían presentado el tronco en su emplazamiento final; ya habían retirado el tronco del año anterior (suele hacerse algunos días antes de plantar el nuevo), ya le habían colocado las banderas y había un montón de grava y grandes piedras al lado suyo, y las cuerdas y soportes de madera y metal ya estaban listos  para empezar a subir poco a poco el tronco esos 90º de ángulo necesarios. Y aquello estaba en plena efervescencia…

Con estos soportes de madera en forma de X de distintas alturas con sus extremos de hierro con pinchos, se va, a base de pulso y coordinación, levantando poco a poco el tronco del suelo.

Aquí ya habían subido unos pocos grados. Es un trabajo latoso y lento, pero no hay prisas. Sidra y música para animar no faltan. Y tampoco paisanos fornidos en la tarea.

Cuando el tronco alcanza un grado de inclinación suficiente, se trabaja desde dos puntos: se continúa con los soportes que lo sujetan y van levantando el tronco desde atrás…

… y a la vez, y es aquí donde entra también la ayuda de todo el pueblo, niños, mayores, hombres, mujeres tiran de las dos cuerdas atadas al tronco y ayudan a equilibrarlo a medida que va subiendo. Ahoooooooora. Ahooooooooooora. Quien quiere tirar encuentra su hueco en los 4 puntos de tiro. Será por cuerda.

Al final, y poco a poco, ahoooora a ahoooooooora, el tronco encuentra su verticalidad. Entran en juego grava y grandes piedras, con las que se va forrando poco a poco el tronco en el hueco de aproximadamente metro y medio a dos metros de profundidad donde va colocado. Cualquier precaución es poca, teniendo en cuenta que, al parecer, hace unos años, el tronco se derrumbó sin previo aviso después de llevar meses ahí colocado; eso sí, de noche y sin daños colaterales.

Y este es el tronco, la joguera ya casi a 90 grados. Y esta es la última foto que saqué. Me temo que no hay un plano general. Tendrás que acercarte a verlo :) Hacía calor y me apetecía tomarme una cerveza. Nobody’s perfect. Si tú también quieres ver cómo se planta una joguera, puedes informarte en la oficina de turismo de Llanes o bien acercarte a Balmori un año cualquiera el domingo anterior a San Juan. Allí estarán.

Si quieres saber más sobre jogueras y porqué aquí se plantan y no se queman ¡clic!

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