Imagínate una de esas villas de principios del s. XX que parecen auténticos palacios en un pueblecito del norte de Italia, a dos pasos de Suiza y muy próxima al lago de Lugano. Imagínate que en la última planta, un espacio de 120 m2 se tiran paredes separadoras y se redistribuyen espacios. Imagínate que puedes contar con la ayuda de un arquitecto con un gusto exquisito para que haga una transformación radical y puesta al día. Imagínate paredes de piedra, vigas de madera, paneles/puertas de pizarra que giran sobre su eje y muebles y luminarias icónicas. ¿Ya te lo has imaginado? Pues no sé si se parece a lo que has visto con los párpados cerrados, pero la realidad aquí la tienes: el último piso de Villa Poletti, un edificio de 1915 en la pequeña localidad de Lanzo d’Intelvi, un hogar de aires elegantes y masculinos decorada en tonos oscuros y que gira en torno a una chimenea central en la que todo invita al relax y al dolce far niente. Il paradiso!