A mí las tiendas de ropa que disponen entre unas bambalinas de un espacio específico para poner a enfriar «champán del bueno» como que me gustan más, qué quieres que te diga. Pero es que luego te dicen hay cortinas hechas con un pesado y delicioso terciopelo color verde botella y que los probadores son de color rosa empolvado y ya está. Flechazo total. Luego ya si eso hablamos del impecable estilo industrial chic, con sus butacas de líneas austeras tapizadas en color verde azulado (tengo un sofá modular casi idéntico en el tapicero desde hace siglos) o del mostrador con reflejos metálicos color cobre. Lo de la ropa, que tiene pintón, ya si eso lo dejamos para otro día…