No hacía falta saber que esta casa tiene encima un lago a su vera para quedarte prendada de todo su encanto. Una de esas típicas casas de madera con tejado de pizarra, con su porche cubierto y sus columnas, contraventanas de colores, su jardín perfecto y esos árboles enormes que la rodean. Todo tan perfecto por fuera que tienes hasta miedo que al entrar el interior no esté a la altura. Bueno, pues no es el caso. Es incluso mejor. Arranco la visita por la gran cocina de muebles azules combinadas con blanco y dorado porque es literalmente de película (y aquí se me vienen a la cabeza las de la directora de cine Nancy Meyers), una cocina que se abre a dos salones y a un comedor fabuloso. He perdido la cuenta con los baños, pero aquí verás al menos 3. Ya me contarás qué te parece…