Hay que ver lo que me gustan estas sillas de caña y cintas entrelazadas en tonos blanco y azul (o verde, o rojo), tan típicas de los cafés y terrazas parisinos. Me da igual que estén en un rincón de desayunos, como este, en un comedor, cocina o incluso en el dormitorio o como silla de despacho; aportan ese toque chic y desenfadado a la vez tan difícil de conseguir. Pero bueno, esta casa en  Austin en la que vive una familia procedente de la ciudad de Nueva York ofrece muchos más rincones memorables, como su cocina con muebles de color verde menta, el dormitorio de altísimos techos blancos abuhardillados o el baño con la pareja de apliques antiguas y flores de cristal. ¡Espero que te guste tanto como a mí!