Este apartamento de 450 m2 en el corazón del Milán más chic y ubicado en un edificio que ya tiene sus 100 años es lo que en lenguaje de la calle denominaríamos un pisazo a todo tren. Los interioristas han tenido que lidiar con una forma en L y un larguísimo pasillo, pero han sabido dotar a cada espacio de personalidad y aprovechar al máximo la luz natural que se cuela por los ventanales que, en algunos casos, van de pared a pared. Reconozco que la pieza que me ha dejado maravillada es uno de los baños de la casa que podrás ver más abajo.