Fue ver esta primera foto y pensar en el casoplón de Mila (Kunis) y Ashton (Kutcher) en Los Angeles. Esta casa está en la otra esquina de los Estados Unidos, en Vermont, y es una auténtica maravilla poblada de antigüedades francesas e inglesas, papeles pintados de inspiración nórdica y una vocación de disfrute del impresionante […]
En mi casa, fluyendo… O de una primavera tozuda, bella e insolente.
Hace un par de días le pedí a marido que me trajera unas flores, unas ramas, un algo verde de casa de mi suegra para darme cuenta de que la primavera existe y es tozuda y fiel a su cita y porque después de tantos días de confinamiento total (mis hijos empezaron el jueves y no han puesto el pie en el calle aún, yo el sábado y he ido dos veces a la compra) necesitábamos ese romero, esas camelias -puestos a pedir, porqué no la flor de Chanel ¿verdad? :) – y esas florecillas de color rosa. Tenemos la suerte, enorme suerte, de que nuestro piso es amplio, tiene mucha luz y que yo tengo mi estudio en casa, así que puedo seguir más o menos mi ritmo habitual. Mi marido tiene que ir a cuidar de mi suegra que vive en una casa en la zona rural de Gijón, donde él tiene su taller de fabricación de gaitas y donde además puede ensayar sin problema. Así transcurre nuestro día a día, tres aquí y uno que va y viene, vestido de astronauta y dando abrazos virtuales a una madre que olvida y no entiende. Pero creo que somos unos afortunados. Hoy encima, marido cumple años. Solo espero que lo estéis llevando con la moral tan alta como por aquí. Toca fluir, aceptar y sonreir. Un abrazo.