Tengo la sensación que últimamente estas sillas (butacas más bien, por aquello de los reposabrazos) me persiguen. Quizá el modelo más conocido, reproducido, copiado y destacable del diseñador suizo Pierre Jeanneret, conocido como silla Chandigarh. No tienes más que poner esas dos palabras en el buscador de Google y dejarte llevar. Pero en realidad lo que me hizo parar el seco y enamorarme instantáneamente de este piso parisino fueron sus vistas sobre Montmartre y su Sacre Coeur. Estoy empezando a echar en falta mis viajes mensuales a París y las vistas, muy parecidas pero desde el otro lado de la colina, que tengo desde el hotel donde me alojo últimamente. De este piso me encanta su nueva distribución, diáfana y aprovechando al máximo la luz y las vistas y los colores de cocina y dormitorio.