Sinceramente, si no hubiera visto la foto en toda la amplitud de la estancia, jamás hubiera pensado que esta imagen con el busto y los módulos de distintos tonos de rosa se trataba de un mueble de cocina. Es que, incluso viéndolo, cuesta creerlo. Así de original, colorista y extraordinario es el piso de 200 m2 en el corazón de Oslo de un galerista y su familia. Otra de esas ocasiones en las que resulta casi imposible elegir «la mejor foto». Aquí están mezcladas las de dos fotógrafos y si tienes un traductor a mano, no dejes de hacer clic en los enlaces del final que te llevarán a dos artículos, uno en noruego y otro en ruso, con todos los detalles de cada estancia.