Me he quedado alucinada con la belleza y la luminosidad de este gran piso en el madrileño barrio de Chamberí con sus salones contiguos, las molduras de ensueño, el suelo perfecto, tan parisino y tan madrileño a la vez. Y por supuesto, no puedo dejar de admirar el trabajo de interiorismo de Estudio Morgan -¿cómo es posible que nunca hubiera publicado nada suyo?- puesto en valor como merece una vivienda así por la siempre genial fotógrafa Montse Garriga. Una delicia. ¿O tendría que decir «une véritable pépite»?