Fue ver esta primera foto y pensar en el casoplón de Mila (Kunis) y Ashton (Kutcher) en Los Angeles. Esta casa está en la otra esquina de los Estados Unidos, en Vermont, y es una auténtica maravilla poblada de antigüedades francesas e inglesas, papeles pintados de inspiración nórdica y una vocación de disfrute del impresionante […]
Reforma sin obras en la cocina y cómo actualizar los muebles con pintura (antes y después)
Bueno, por fin ya está aquí el tutorial que os había prometido para pintar los muebles de cualquier cocina y darle un aire completamente distinto en tan solo un par de tardes. Es uno de esos proyectos perfectos para un fin de semana con un resultado espectacular.
Sin embargo, yo lo hice mucho más complicado por dos motivos: 1. en lugar de pintarlos directamente en color blanco y con las pinturas adecuadas, me vine muy arriba impulsada por todas esas maravillosas cocinas azules que comparto desde el blog y probé con un intenso azul eléctrico. El resultado fue tan horrorendo (fotos al final) que tuve que trabajar el doble. Ale, por lista. 2. Porque la cocina estaba tan pasada de moda (y tan sucia y abandonada) que aparte de algunos arreglos necesarios, me propuse darle un cambio lo más radical posible con algunas modificaciones fáciles y resultonas, ya que solo con la pintura como que no iba a ser suficiente. Una pena que al final no me diera tiempo a cambiar el suelo porque hubiera quedado de cine. Me apetecía hacer esto, pero no llegué… Bueno, te lo voy contando todo más abajo paso a paso.
La cocina que quería actualizar es esta «joya» que ves aquí debajo, con sus muebles y su estilo de los años 80 que está en un piso que compramos con la intención de ponerlo en alquiler con una mínima reforma. Es por ello que era importante aprovechar al máximo todos los muebles, los azulejos, lámpara y eléctrodomésticos y crear algo muy neutro. Pese a ser muy pequeñita, unos 5 ó 6 m2, tiene una preciosa ventana mirando al sur por la que entra una luz increíble, y eso no tiene precio.
Os diré que la chica de la inmobiliaria insistía en que podría alquilarlo tal cual, pero mi intuición me decía que aquello estaba lleno de trampas ¡y vaya si yo tenía razón!. En resumen, estos son los cambios a priori que hicimos en la cocina, amén de dejarme dos botes enteros de disolvente y varios pares de guantes para limpiar la grasa y la mierda de ¿40 años?. Este es el resumen de los cambios que hicimos y que estoy segura te servirán de guión para una reforma sin obras similar…
Sí, básicamente el listado de cambios es este.
1 y 15. Pintar puertas de la cocina y plafón
Te lo explico con detalle al final. Lo que necesitas para hacerlo y el paso a paso detallado. Si solo necesitas pintar, vete directamente al final del post. Aunque yo que tú miraba el resto…
2. Cambiar tiradores (42€)
Parece mentira lo que unos nuevos tiradores son capaces de hacer ¿verdad?. Yo elegí unos sencillos tiradores de acero que puedes ver aquí. En este enlace puedes encontrar unos similares más económicos, aunque los hay casi en cualquier sitio. El precio aprox. fue de 3€/unidad y necesité 14, así que el coste fue de unos 42€ . Me quedé con ganas de poner unos tiradores dorados, pero centrémonos, Leticia, que es para alquilar… ;)
3 y 11. Quitar elementos viejunos: remates inferiores, barandillas, estanterías, muebles anexos… (Aprox. 50€)
Si buscas actualizar el estilo de tu cocina, lo primero será ver si hay elementos que sobren y dejar unos muebles lisos, sin adornos ochenteros. Cuanto más sencilla, más bonita. En mi caso tan solo podía quitar los remates redondeados inferiores que iban sujetos con tornillos y un poco de cola, pero vaya cambio, oye. Destornillador, espátula y disolvente para retirar restos de cola y masilla para tapar agujeros y lija fina si hace falta igualar. En mi caso las barandillas las quité a martillazo limpio ayudada de una espátula porque no había forma. Aquí tienes el proceso…
El cambio más llamativo fue el que vino al retirar el remate inferior. 5 tornillos hicieron el milagro y la rejuvenecieron 40 años.
Pero además, esta cocina tenía un mueble colgado de la pared y pegado al techo con un remate de escayola, en una pared donde habrían quedado de lujo unas sencillas baldas de madera a la vista, o incluso una bonita fotografía en blanco y negro, así que decidí quitarlo y que el nuevo inquilino decidiera qué hacer con ese rincón. Quitarlo fue un segundo; arreglar la escayola costó 35€ aunque suele costar algo más (me lo hizo el pintor que pintó el resto de la casa y por de ahí ese precio tan fantástico). Llegaron a pedirme hasta 100€ solo por eso…
4. 5. 6. 8. y 10. Cambiar grifo, nevera, microondas, calentador de agua, cortinas, mesa y sillas (de 1700 a 2300€)
Bueno, poco te puedo decir que no imagines. Eso sí, quería dejar constancia que cambiar un simple grifo es la bomba a nivel estético. De golpe la zona del fregadero parecerá nueva a estrenar. El grifo que elegimos, uno básico en diseño pero de calidad media, costó unos 40€/50€ (no recuerdo bien). Desde que hace unos años, y mientras estábamos de vacaciones, se nos rompieron, más bien desintegraron, las conexiones que van del grifo a la pared (grifo comprado en eBay y made-in-China) y con la inundación tuvimos que cambiar el suelo de la entrada, ya solo elegimos grifos de garanticen los componentes y de firmas conocidas, que a los otros los carga el diablo.
Otro cambio radical fue la nevera. Esta llevaba un acabado similar al resto de la cocina y claro, pintarla no era una opción. En estas pequeñas con congelador no hay mucho donde elegir y más si vas con las medidas tan ajustadas, pero encontramos esta en El Corte Inglés por poco más de 300€. El calentador de agua tampoco funcionaba y pusimos uno de Saunier Duval que al parecer está más que garantizado. El microondas que había mejor olvidarlo (puff, qué horror). La broma de electrodomésticos y calentador, contando la mano de obra del fontanero, además de que nos habían cortado el gas natural por falta de revisión hacía tiempo (200€ del nuevo enganche), irán de 1500 a 2.000€, calculo.
Cambio de sillas y mesas. Esa mesa y esas sillas eran insalvables y demasiado grandes. Y encima con el mueble de la pared, apenas se podía usar. Si tu cocina es pequeña pero cuadradita, como en este caso, puedes colocar un banco en esquina con una mesa redonda y un par de taburetes (nada de sillas con respaldo) o bien poner una mesa redonda con 4 taburetes que podrás colocar debajo para ahorrar espacio. Si puedes, siempre redonda para sentaros alrededor de ella; creo que a nadie le gusta lo de comer mirando a la pared :). Aquí te dejo algunas ideas que yo hubiera puesto en la cocina sin dudar y que entraban perfectamente pese a lo pequeñita que es. Mi favorita, sin duda, la segunda acompañada de unos taburetes de madera clara o quizá de metal blanco, estilo Tolix…
Lo de las cortinas merece mención aparte. ¿Porqué las cortinas de la cocina tienen que tener frutas o colores moñas? Si te gustan los interiores de estilo nórdico o incluso los más coloristas de estilo actual, te reto a que busques un solo volante en la ventana o un estampado de frutas, tartas volantes o tazas de porcelana… Ante la duda, lo mejor una ventana desnuda o un sencillo estor blanco. Aún recuerdo el estor de intenso color rojo con dibujos de verduras (vale, hay telas y telas ;)) que teníamos hace dos casas y que daba un toque de color extraordinario. Ahora tenemos unas sencillísimas cortinas en blanco roto que tapan solo el cristal, fáciles de lavar y que no tendría si no tuviera vecinos cerca. En esta cocina, con la ventana más próxima a más de 100 metros, las cortinas me parece que sobraban, así que las quité. Eso sí, para evitar el sol directo posiblemente le colocaría un estor enrollable o una veneciana blanca. A los inquilinos de decidir…
9. Sustituir rejillas de ventilación (1,1 €)
Nunca hubiera imaginado el cambio que daría la pared con solo cambiar las antiguas y oxidadas rejillas de metal blanco por dos nuevas de aluminio plateado. 0,59€/unidad. Disolvente y espátula para retirar la silicona antigua y un poco de silicona para colocar las nuevas. Me da tanto asco el antes que hasta dudé en subir la foto, pero tenía que hacerlo porque os da una idea de cómo estaba el resto… Luego os enseño la parte superior de la lavadora y la trasera de la nevera. Puag.
12. Nuevos enchufes y llaves
El piso mide unos 62 m2 y tiene tres habitaciones, un baño, cocina y una salita y venía con la electricidad de origen y llena de cables sueltos y trampas por doquier. Lo primero que hice fue llamar a un electricista para que revisara bien lo que había, renovar allí donde hiciera falta, colocar una «caja de mando» y a nivel estético, cambiara todos los enchufes y las llaves de luz. No veas el cambio que dan unos enchufes iguales en toda la casa. Llegué a contar hasta 12 modelos distintos… Yo me decanté por estos sencillos blancos de Simon. El precio de este apartado cambia en función de la cantidad que tengas que cambiar, de los enchufes que elijas y de lo mal o bien que esté la instalación, pero calculo que todo nos ha costado unos 1.500€ (pusimos también radiadores eléctricos en todas las habitaciones, de ahí que no sepa decirte con exactitud pero en torno a eso)
13. Reemplazar azulejos sueltos (mortales de necesidad)
Bueno, aquí nos tocó la lotería porque yo ya estaba preparada para pintar los azulejos para hacer desaparecer los tres horribles azulejos en relieve y con color ¡con el motivo de una cocina! que había salpicados en dos paredes. El caso es que el resto de los azulejos, en un gris suave, me parecían perfectos para combinar con los muebles blancos (o azules), pero esos tres enormes azulejos no podían quedarse ahí… Al desmontar el zócalo (otro horror) me encontré que los antiguos propietarios tenían allí escondidos algunos repuestos y ¡habría tres azulejos lisos en gris!. Mi albañil de confianza puso a prueba su habilidad quitando esos tres sin estropear el resto y la cocina quedó como nueva. Si no tienes la suerte de contar con repuestos de la época, pintar las paredes parece la idea más fácil y rápida. Eso sí, ten en cuenta que si los azulejos tienen dibujo o relieve, se verán de todas maneras. Ahí la única solución sería ver si se pueden alisar a base de lija o taparlos con masilla. Lo mejor, en cada caso, consultar a un profesional… o experimentar (mi opción habitual). Yo estuve a punto de meter la lijadora eléctrica y luego reparar los daños con masilla, pero no hizo falta. Aleluya.
Por favor, mira qué cambio…
Si vas a lanzarte a pintar los azulejos, lo más importante es que elijas una buena imprimación. Hay mil en el mercado, pero yo siempre uso las Todo Terreno de Beissier (no, no me pagan nada por contártelo). Cubren fenomenal, no dejan marcas de la brocha aunque no vayas como un bolador, se adhieren de maravilla, las hay en varios colores (blanco, rojo, negro, verde, gris…) y para mí tienen la ventaja que son al agua. Para los muebles usé otra que también fue fenomenal (luego te cuento), pero porque venía de regalo y no quería dar más vueltas :). Para pintar tienes mil pinturas en el mercado con distintos acabados y mil tutoriales en internet.
14. Cambiar zócalo (29€)
Otro de esos cambios que, a priori no parecen muy importantes pero que ¡ay, qué cambio más grande!. El zócalo original, del mismo material que los muebles, estaba inflado en algunas zonas, muy sucio, imposible de recuperar así que había que cambiarlo. Compramos uno de color plateado a juego con los tiradores y las rejillas, creo que este, en Leroy Merlin. Se coloca fácilmente con estas pinzas y lo cortamos en los trozos necesarios ya que viene en medidas de varios metros de largo. Más fácil, imposible.
Y llegados a este punto, retomamos el tema de CÓMO PINTAR LOS MUEBLES DE LA COCINA y no morir en el intento…
Lo primero, los ingredientes. Yo usé lo que ves aquí. Debajo te dejo enlaces para que puedas comprarlo directamente si te apetece.
- Imprimación o Primer de Auténtico Chalk Paint. Esta es la que usé y se adhiere muy bien. La hay en versión de 500 ml (14,95€) y 1 litro (26,95€). Me costó un poco extenderla y evitar que se vieran los brochazos (pero lo conseguí :)) y mira que trabajo rápido. Quizá hubiera tenido que añadirle un poco de agua, pero como tenía que pintar sobre una base azul no quería rebajarla mucho. Como te decía si no hubiera tenido esta, habría usado la Todo Terreno de Beissier en blanco (13,97@€/litro) que es la que uso siempre.
- Cubeta pequeña y rodillos de pintar (no hace falta que sean de lacar, aunque siempre quedará un acabado más fino).
- Yo usé esta pintura de Auténtico Chalk Paint, una firma que me da garantías (uso habitualmente su línea Vintage – puedes ver un tutorial con ella aquí-. Es la Versante Eggshell Satinado blanco antiguo. (38,50€/litro). Es la bomba de buena, y lo digo después de haber probado varias, entre otras, la azul que no cubría bien el color ni las imperfecciones y cuyo nombre prefiero olvidar (si quieres saber cuál es porque tengas dudas, te diré que se vende como «específica para muebles de cocina», pero si quieres saber más, mejor escríbeme porque no me gusta hablar mal de la gente y sus cosas en foros tan públicos). La Versante no necesita ningún acabado final y con dos capas (bueno, yo tuve que echar tres en algunos casos por mi pifia previa de color azul) lo tienes listo.
- Lija muy muy muy fina. De 180 ó 220. La idea es pasarla muy suavemente entre imprimación y capas de pintura (nunca al final!!) para conseguir ese acabado suave que tanto me gusta y que cuesta tanto conseguir.
- Brochas. Estas son las que recomiendan en Auténtico, pero ya sabes que hay mil modelos distintos. Usa unas buenas brochas de la firma que sea. Ahí mejor no escatimes.
Y ahora vamos con el paso a paso y algunas fotos más del antes, porque si no te enseño estas fotos quizá no comprendas porqué estoy tan feliz con el resultado ;). Quitar los volantes y desengrasar cada balda interior, cada lateral, me llevó una tarde entera. Palabrita.
1. LIMPIAR
Es muy importante que la superficie del mueble y las puertas estén completamente libres de grasa. Yo suelo usar siempre disolvente universal y un trapo que no suelte pelo pero ¡ojo!, si tienes un barniz previo, el disolvente puede estropearlo, así que antes de usarlo, asegúrate de que no vas a cargarte el acabado anterior, porque al pintar se vería. Ante la duda, y si no puedes probar en ninguna zona oculta, limpia con agua y jabón -vale algo tipo Fairy-. El objetivo es que no haya restos de suciedad de ningún tipo. Si hay grasa, la imprimación resbalará y tú no quieres que pase eso, créeme :)
Así lucían las puertas tras la primera capa de imprimación blanca sobre la pintura azul (al final te enseño la pifia azul)
2. DESMONTAR PUERTAS Y CAJONES
He probado a pintar con las puertas puestas y quitadas y esta vez, sin duda, fue mil veces mejor pintarlas desmontadas. Eso sí no desatornilles las bisagras de las puertas ni del mueble, que luego te llevará mil horas ponerlas otra vez y que queden bien reguladas. Te lo digo por experiencia… Puede que alguna bisagra se resista. En este caso, siempre puedes pintar con la puerta puesta, que encontrar bisagras, si son antiguas y se rompen, es como buscar una aguja en un pajar. En mi caso había algunos cajones (bajo el horno, por ejemplo) que se habían estropeado con el agua. Lo que hice fue quitar la tapa del cajón y pegarla con silicona. Perdí un cajón casi inservible, pero gané un montón estéticamente.
3. IMPRIMACIÓN
Sí, no hay nada que lijar, pasamos directamente a la imprimación y da igual si tu cocina es rugosa o extralisa. Mira lo lisa y brillante que era esta… Para echar la imprimación (blanca en mi caso) es fundamental trabajar a buen ritmo y tenerlo todo listo: dónde vas a pintar, dónde vas a ir colocando las puertas para dejarlas que sequen. Si lo haces en una habitación de casa, forra bien el suelo con papel y algún cartón (las puertas pesan lo suyo y pueden resbalarse y marcar el suelo. Ten siempre a mano un buen rollo de papel de cocina y evita por todos los medios que el rodillo toque algo que no sea ese papel limpio. Yo siempre pinto con brocha y aliso luego con rodillo.
(Izda, con una capa de imprimación sobre la horrible pintura azul; dcha, la pintura azul de cuyo nombre prefiero no acordarme)
La imprimación de Auténtico, como te decía, seca muy rápido y me costó algo de trabajo de rodillo que no se notaran los brochazos. En todo caso, nada que no se pueda arreglar con una lija una vez seco. Yo siempre paso una lija muy superficial para dar un acabado extra liso, quitar pelusas, pelos de brocha u objetos no identificables que acaban siempre pegados :). Echar la imprimación de las 15 puertas y cajones más los laterales, el remate superior y la zona de las baldas me llevó unas 3 / 4 horas calculo. No lo conté, pero entre pitos y flautas lleva lo suyo… Y yo tuve que echar dos capas por lista, pero con una capa de imprimación vas de sobra. Dejamos secar lo que indique el fabricante. No recuerdo bien, pero supongo que serían horas o incluso un día completo. Depende de la imprimación. La Beissier está lista para repintar en 4/6 horas, en función de la temperatura ambiente.
¿Cuánta imprimación necesitas? Con un bote de 1 litro me dió de sobra para pintar la cocina, este otro mueble y todavía me sobró un poco. Es decir, que salvo que tu cocina sea como un campo de fútbol, con un litro vas que chutas.
4. PINTURA
Antes de seguir una duda que tiene mucha gente a la hora de ponerse a pintar un mueble ¿qué pintura TENGO que usar? Pues bueno, NO HAY QUE USAR una pintura u otra. Va en función del acabado que te guste, si vas a desgastar, si no te importa poner un barniz, si hay humedad, si le vas a dar mucho o poco trote… Yo he probado mil pinturas distintas, desde esmaltes sintéticos a pinturas al agua y a la tiza, y todas, si tienen una mínima calidad, al final cumplen un mismo objetivo; todas llegan a adherirse de una u otra manera (algunas necesitarán imprimación) y todas tienen un acabado que las protege (en algunos casos requerirán barniz o cera). Lo único que tienes que saber es que no hay que hacer mezclas imposibles (sintético -al disolvente- y acrílico -al agua-) y que las pinturas pasadas de rosca o de mala calidad pueden montarte un lío descomunal. Sinceramente lo que busco, más que tipos de pintura, son pinturas de calidad para acabados concretos.
Estamos hablando de buscar una pintura resistente, al agua, con un acabado satinado y bonito, que no necesite acabado final y que cubra bien lo que hay debajo. Esta pintura cumple todos esos requisitos. Con un bote de un litro me dió para echar dos o tres capas de pintura a toda la cocina y todavía me sobró como 1/3 del bote de litro. Piensa que yo partía de un horrible azul oscuro así que me costó mucho más y necesité más manos. Sin el azul es posible que con una capa de imprimación y una de pintura lo tuviera ya listo.
¿Como pintar? Pues lo mismo: brocha y repasar con el rodillo. Intentar que no queden marcas de rodillo y para ello es importante no presionar demasiado. La última pasada del rodillo es casi una caricia y siempre en el mismo sentido…
5. C’EST FINI.
Tan solo hay que dejar secar bien la pintura y tener en cuenta que en casi todas las pinturas de este estilo tardar entre 2 y 3 semanas en endurecer el todo. Es una cocina con el trote habitual, así que si puedes esperar esas 2 semanas antes de meterle caña, mejor que mejor. Como ves, yo pinté el mueble (remate superior y laterales) del mismo color que las puertas y el resultado ha sido así… Aquí debajo puedes ver también el plafón ya pintado. El zócalo va simulado con photoshop, pero es lo único que hay retocado en todas las fotografías. Como ves, los agujeros en la pared están ahí por si los inquilinos los necesitan. Cubrirlos es tan fácil como poner masilla y pintar a tono.
Y cierro con lo prometido, para que veas que a todos nos pasan estas cosas, tengas la experiencia que tengas. Venga, ahí va la pifia en azul. Quizá tenga que ver con el color y no con la pintura en sí (aunque después de dos capas seguía sin cubrir ni un tercio de lo que esperaba y llevaba ya más de medio bote gastado), pero en fin, un desastre en cualquier caso :).
Me encantará que me cuentes si te animas a pintar tu cocina y por supuesto aquí estoy para ayudar en lo que humildemente pueda si tienes alguna duda.
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Fotos: Leticia Blanco | Vintage & Chic